Inteligencia artificial en las elecciones: cómo la tecnología influyó en la democracia en 2024

Iryna Mishchenko
Photo: Shutterstock
Photo: World Economic Forum
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Desde Estados Unidos hasta Indonesia, los candidatos, sus equipos e incluso simpatizantes comunes utilizaron IA para influir en los votantes, manipular emociones, difundir noticias falsas o... negar la verdad.
En este artículo hemos recopilado los ejemplos más destacados de cómo en diferentes países del mundo la inteligencia artificial ayudó (o perjudicó) a los candidatos en su carrera por el poder.
Hablaremos de Estados Unidos, India, Japón, Indonesia, Pakistán.
La ilusión del apoyo: cómo la inteligencia artificial moldea la imagen del candidato en la mente de los votantes
En agosto de 2024, la lucha encarnizada no fue solo por los votos de los electores, sino también por... la realidad. En Detroit, más de 15 000 personas salieron a apoyar a la vicepresidenta Kamala Harris y su compañero Tim Walz. Las fotos y vídeos del mitin inundaron los medios. Pero Donald Trump declaró que la multitud era una invención generada por inteligencia artificial. Sin ninguna prueba, sin retractaciones tras ser desenmascarado.Ilustración de la escena del mitin de K. Harris y T. Walz en Detroit el 7 de agosto. Photo from open sources

En EE. UU. se realizó un estudio con la participación de 15.000 personas. Los resultados mostraron que los políticos que declaran como “fake” una verdad obtienen más apoyo que aquellos que simplemente guardan silencio o piden disculpas.
Durante las elecciones de 2024, la táctica de desinformación en EE. UU. se transformó: si en 2016 la principal amenaza eran actores externos, esta vez los propios votantes estadounidenses crearon y difundieron los fakes. Blogueros conservadores utilizaron activamente IA, publicando imágenes de Donald Trump rodeado de votantes afroamericanos, generando la ilusión de un apoyo masivo entre esta comunidad —un electorado clave que aseguró la victoria de Joe Biden en 2020.La imagen creada y distribuida por el locutor de radio Mark Kaye y su equipo con ayuda de IA, es uno de decenas de fakes que muestran a afroamericanos como simpatizantes de Trump. AI-Generated image
Uno de los ejemplos más representativos es una imagen de Trump con un grupo de votantes afroamericanos en un porche. En un principio fue una publicación satírica, pero la situación cambió cuando un usuario de X con el nick Shaggy añadió un pie de foto que afirmaba que Donald Trump había detenido su comitiva para encontrarse personalmente con esas personas. El resultado: más de 1,3 millones de visualizaciones.La imagen se difundió ampliamente en redes sociales con el pie de foto afirmando que Trump detuvo su comitiva para fotografiarse con esos hombres. AI-Generated image
A pesar de los esfuerzos de las redes sociales por etiquetar imágenes generadas artificialmente y del trabajo de los verificadores, la ola de contenido falso continúa moldeando la opinión pública.
“Incluso si entiendes que no es verdad, la repetición constante de noticias falsas que exageran el apoyo a cierto candidato puede dejar huella en la mente”, señala Peter Adams, vicepresidente senior de investigación en News Literacy Project.
Trump y su red de influencers leales utilizaron activamente contenido falso durante la campaña electoral. Entre los ejemplos está una imagen publicada donde Taylor Swift supuestamente apoya a Trump, aunque en realidad la cantante se expresó abiertamente a favor de Kamala Harris.Imagen del fake sobre el supuesto apoyo de Taylor Swift a Trump
Otra imagen generada por IA mostraba a Trump en el epicentro de una inundación tras un huracán, caminando junto a rescatistas:AI-Generated image
Otra foto mostraba cómo supuestamente entregaba cheques de 1300 dólares a los damnificados. Ninguna de estas historias tenía relación con la realidad.AI-Generated image
Estos son solo algunos ejemplos de una gran campaña en la que la red de influencers afines a Trump difundía masivamente fakes generados con IA en su apoyo. Las personas, al deslizar por su feed, rara vez se detienen a pensar en la veracidad de lo que ven —la mayoría ni siquiera detecta la falsedad. Pero es precisamente la frecuencia y el volumen de este tipo de contenido lo que implanta en la mente una imagen concreta del candidato, sea verdadera o no.
Cuando los políticos hablan desde el más allá: cómo la IA cambió las elecciones en la India
Las elecciones generales en la India de 2024 no solo fueron las más grandes del mundo en número de votantes —casi mil millones de ciudadanos—, sino que también se convirtieron en un ejemplo representativo de cómo la inteligencia artificial puede cambiar la esencia misma de la comunicación política.
En un país donde la tasa de alfabetización es solo del 77,7% y más del 22% de los ciudadanos tienen dificultades para leer y escribir, los métodos tradicionales de campaña resultaron insuficientes. Los partidos políticos, incluido el gobernante BJP, apostaron por la innovación: llamadas de voz, mensajes de audio, vídeos personalizados, deepfakes masivos e incluso la “resurrección” de líderes del pasado.
El instrumento clave fueron las llamadas robotizadas personalizadas. El coste de estos mensajes era ocho veces menor que el de los centros de llamadas, pero creaban el efecto de un contacto personal. Millones de indios recibieron una llamada con la voz de Narendra Modi instándolos a acudir a las urnas. Para muchos, fue un acontecimiento: tras votar, contaban que “el propio primer ministro los había invitado”. Parte del electorado ni siquiera se dio cuenta de que estaba hablando con un algoritmo y no con una persona.
La IA permitió superar la barrera del idioma: en un país con 22 lenguas oficiales y cientos de dialectos, Modi “habló” en dialectos que nunca había conocido.
Sin embargo, la personalización no fue la única innovación tecnológica. La campaña electoral se convirtió en una guerra de deepfakes. Líderes “bailaban” en vídeos falsos, cantaban canciones de Bollywood, hacían declaraciones inventadas. Pero la verdadera novedad fueron los políticos “resucitados”.
Se conocen al menos tres casos en los que los partidos utilizaron IA para crear mensajes de líderes fallecidos hace tiempo. Un Karunanidhi virtual, figura icónica de Tamil Nadu, pidió apoyar a la juventud y la democracia. La voz de Jayalalithaa, fallecida en 2016, se dirigió a los ciudadanos solicitando apoyo para un candidato específico. En otro caso, el hijo de un político “revivió” a su padre para promover su propia campaña.AI-Generated image
Japón elige el futuro: cómo un programador con un avatar de IA cambió la comunicación política en Tokio
En un país donde las tradiciones se entrelazan con la alta tecnología, la campaña política del programador de 33 años Takahiro fue recordada como un hito en la interacción entre el gobierno y los ciudadanos. En 2024, este empresario, inspirado por sus reflexiones de ciencia ficción sobre el papel de la inteligencia artificial en la política, decidió desafiar las reglas establecidas. Su objetivo era simple pero ambicioso: romper el modelo anticuado de comunicación unilateral entre candidatos y votantes.
Sin experiencia política, pero con conocimientos tecnológicos, Takahiro inició su campaña para el cargo de gobernador de Tokio. Y en pocos meses, ocupó el quinto lugar entre 56 candidatos, atrayendo la atención no solo de los japoneses, sino también de expertos de todo el mundo.
La campaña de Takahiro se convirtió en un ejemplo de cómo se puede integrar la inteligencia artificial en los procesos democráticos en tres pasos:
1. De escuchar — a comprender.
El primer paso fue una encuesta masiva de opinión pública. A través de comentarios en redes sociales, la IA analizó miles de opiniones, las agrupó en clústeres temáticos y formó una imagen real de las demandas y problemas de los residentes de Tokio.
2. Del manifiesto — al diálogo.
En lugar de dictar a los votantes un programa cerrado, Takahiro abrió una plataforma para propuestas. Su equipo recopiló y sistematizó las ideas de los ciudadanos, convirtiendo sus pensamientos en la base del rumbo político.
3. IA en línea.
La culminación fue el lanzamiento del avatar — AI Takahiro. El candidato virtual respondía en tiempo real a las preguntas de los votantes, explicaba sus posiciones y demostraba un nuevo nivel de accesibilidad del político. “Por primera vez, la gente sintió que no solo se les escuchaba, sino que se les tenía en cuenta”, dijo Takahiro en una entrevista.
Aunque no logró ganar, ya en febrero de 2025 se supo que el gobernador en funciones de Tokio, su antiguo oponente, invitó a Takahiro a colaborar. Juntos lanzaron un proyecto en el que el sistema de recopilación de ideas ciudadanas desarrollado por Takahiro se convirtió en una herramienta oficial de gestión municipal. Ahora, la inteligencia artificial ayuda a las autoridades a identificar las voces ciudadanas que merecen atención, no mediante procedimientos burocráticos, sino a través de un diálogo digital vivo.
La inteligencia artificial al servicio de la política: cómo Pakistán se convirtió en un escenario de deepfakes y discursos virtuales
En 2024, cuando Pakistán volvió a sumergirse en la inestabilidad política, la atención del mundo no se centró tanto en el resultado electoral como en el modo en que la oposición luchó por hacerse oír. En un país donde la democracia lleva tiempo al borde de la represión y los mecanismos de presión militar se sienten en cada etapa del proceso político, la inteligencia artificial se convirtió inesperadamente en un instrumento de resistencia.
El ex primer ministro Imran Khan, condenado a 10 años por corrupción y excluido de las elecciones, encontró una forma de mantenerse presente en la campaña — incluso desde la cárcel. Su equipo lanzó una serie de mensajes en los que la voz y la imagen de Khan fueron recreadas mediante IA. Los algoritmos convertían las notas transmitidas desde la prisión en discursos que se difundían instantáneamente por canales digitales. AI-Generated image
Sin embargo, la realidad política de Pakistán resultó más compleja que la aritmética electoral. Debido a la prohibición del PTI, los candidatos tuvieron que postularse como independientes y, tras las elecciones, se unieron al partido Sunni Ittehad Council (SIC), lo que les permitió formar la mayor facción en la Asamblea Nacional.
Pero ninguna formación política obtuvo la mayoría absoluta. El poder volvió a manos de jugadores bien conocidos: la Liga Musulmana de Pakistán (Nawaz) (PML-N), liderada por Shehbaz Sharif, formó una coalición con el Partido Popular de Pakistán (PPP) y otros aliados. Sharif, que ya había sido primer ministro, regresó al liderazgo del país.
Sin embargo, la realidad paquistaní también mostró el lado oscuro de las nuevas tecnologías. En un país donde las normas patriarcales aún definen los marcos sociales, los deepfakes sexualizados se convirtieron en un arma poderosa contra las mujeres en política.
Una de las líderes de la oposición fue víctima de una campaña de descrédito: en las redes aparecieron vídeos íntimos falsificados destinados a destruir su reputación. En un contexto donde el concepto de “honor” tiene un peso enorme y los asesinatos por honor se cuentan por cientos cada año, estos fakes no solo son una herramienta de presión política, sino también una amenaza real para la vida.
Pakistán está experimentando un rápido crecimiento en el acceso a internet. Sin embargo, este avance digital va acompañado de un bajo nivel de alfabetización mediática. Para millones de nuevos usuarios, todo lo que aparece en la pantalla del móvil se percibe como verdad. En este entorno, los deepfakes tienen un poder de influencia especial: la sociedad aún no ha aprendido a dudar de lo que ve.
Indonesia: Del "general sangriento" a una imagen adorable para la generación TikTok
En febrero de 2025, Indonesia se convirtió en una nueva víctima del peligroso juego con la realidad, donde la línea entre lo real y lo ficticio se borra gracias a la tecnología. Esta vez, los deepfakes no fueron utilizados por políticos, sino por estafadores. Crearon un vídeo en el que el presidente del país "se dirigía" personalmente a los ciudadanos para pedirles... que transfirieran dinero.
En el vídeo falso, el presidente pedía contactar por WhatsApp y pagar entre 250 000 y 1 millón de rupias (unos 15–60 dólares) supuestamente como tasa administrativa para recibir ayuda financiera. Por supuesto, las víctimas no recibieron ninguna ayuda. Este caso se convirtió en símbolo de una nueva era de estafas, donde ya no se necesitan llamadas telefónicas de "falsos banqueros", sino un vídeo convincente con la cara del líder del país.
Curiosamente, el propio presidente de Indonesia había utilizado un año antes el poder de la manipulación visual, pero en su propia campaña política. Conocido entre la oposición como el "general sangriento" por las acusaciones de asesinatos de activistas, tenía una imagen negativa entre los mayores y los defensores de derechos humanos.
Sin embargo, su equipo encontró la solución: crearon una nueva imagen visual —adorable, sonriente, como un "muñeco", especialmente adaptada para el público joven de las redes sociales. Gracias a un targeting eficaz y al uso de visuales amables y accesibles, la campaña transformó al estricto militar en un "amigo de la juventud". El resultado no se hizo esperar —el presidente ganó las elecciones con el apoyo de una generación que ni siquiera conocía su controvertido pasado.
Indonesia mostró dos caras del uso de las tecnologías modernas:
— Por un lado, el rebranding político a través de una imagen generada por IA ayudó a ganar las elecciones, "limpiando" la reputación del candidato.
— Por otro —esa misma confianza en el contenido visual dio lugar a estafas masivas, cuando los ciudadanos enviaron dinero voluntariamente al "presidente" de un vídeo deepfake.
En un país que se digitaliza rápidamente, pero aún no ha desarrollado habilidades de pensamiento crítico sobre los medios, casos como estos se convierten en una peligrosa norma.
Inteligencia artificial y elecciones: el futuro que ya ha llegado
Las elecciones en todo el mundo en 2024 se convirtieron en un campo de pruebas sin precedentes para explorar el potencial de la inteligencia artificial. Desde la India hasta Japón, desde Pakistán hasta Indonesia —la IA transformó activamente las campañas políticas, los métodos de comunicación con los votantes y las herramientas de manipulación de la opinión pública.
Este análisis abarca solo una pequeña parte de los casos globales, pero incluso estos permiten destacar las principales direcciones en las que la inteligencia artificial ya ha cambiado radicalmente el enfoque hacia los procesos electorales.
Tendencias clave del uso de la IA en las elecciones:
Llamadas y mensajes personalizados
La IA permitió a los políticos dirigirse a millones de votantes en formato de "diálogo personal". Las llamadas automatizadas, los mensajes de voz y los avatares de los candidatos se convirtieron en algo habitual. El ejemplo de la India mostró lo eficaces que son estas herramientas para movilizar al electorado en sociedades multilingües con bajo nivel de participación política tradicional.
Deepfakes: arma política e instrumento de descrédito
Desde discursos virtuales de líderes encarcelados en Pakistán hasta ataques sexualizados contra mujeres políticas —los vídeos e imágenes generados por IA se convirtieron en una herramienta universal de influencia. Especialmente alarmante es la tendencia de usar deepfakes para destruir reputaciones, como ocurre en sociedades patriarcales con baja alfabetización mediática.
Difusión a través de redes de influencers
En EE. UU. y otros países, los contenidos falsos y manipulativos se difunden cada vez más a través de blogueros e influencers afines. Esto crea una situación en la que los candidatos formalmente "no tienen nada que ver", mientras la desinformación se propaga sin control, aprovechando la confianza de la audiencia en caras conocidas de las redes sociales.
La inteligencia artificial ya no es solo una novedad tecnológica en las campañas electorales —se ha convertido en su motor principal. Desde la creación de avatares de candidatos hasta la difusión masiva de deepfakes —las nuevas herramientas ya están cambiando cómo votamos, a quién elegimos y cómo entendemos la política.
El futuro de la democracia dependerá de si las sociedades logran comprender a tiempo la magnitud de los desafíos y encontrar un equilibrio entre el progreso tecnológico y la protección de la verdad. Porque donde la IA se sale de control, las elecciones dejan de ser una elección.