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8 jun 2025 | 5 MIN.
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¿Por qué Europa debe convertirse en una federación?

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PolitKraina

Photo: picture alliance / Bildagentur-online/Ohde

La unión de Europa en una sola federación ha sido una idea que apasiona a sus defensores desde hace más de 100 años. En aquel entonces, este proyecto se llamaba los Estados Unidos de Europa; hoy se le conoce simplemente como Eurofederación. Actualmente, la Unión Europea es una de las estructuras supranacionales más integradas del planeta. Sin embargo, ha llegado el momento en que la UE, en su forma actual, necesita cambios. A continuación, se presentarán los argumentos a favor de la federación.

En esta etapa, la Unión se enfrenta a una serie de problemas que constituyen un desafío existencial: el bloqueo de decisiones clave por parte de algunos de sus miembros, la falta de coherencia en la política exterior entre los Estados participantes, la paralización del proceso de ampliación debido a disputas históricas (como entre Bulgaria y Macedonia) o por razones simplemente artificiales (como en el caso de Hungría y Ucrania), la transformación del contexto de seguridad global, la incertidumbre sobre las garantías de seguridad por parte de EE.UU., entre otros. Resolver estos problemas es una tarea difícil y requiere reformas profundas dentro de la propia UE.

Existen dos corrientes que proponen diferentes enfoques sobre el futuro de la Unión Europea.

El primer grupo aboga por transformar la UE en una unión puramente económica, lo que implicaría devolver una parte considerable de las competencias a los Estados miembros. Sin embargo, este paso podría afectar negativamente precisamente a quienes lo apoyan activamente: los líderes de los países de Europa del Este, que dependen en gran medida de los fondos europeos. Si la UE se convierte en una unión exclusivamente económica, los países miembros más ricos podrían cuestionar la conveniencia de mantener los mecanismos de solidaridad financiera y su participación en su financiación. 

Usually, the supporters of the first option are leaders of countries with authoritarian tendencies. EPA-EFE/Szilard Koszticsak HUNGARY OUT

El segundo grupo aboga por transformar la Unión Europea en una federación. De este modo, se eliminaría el principal problema que enfrenta actualmente la UE: el derecho de veto. En los Estados federales, las entidades federadas no pueden bloquear las decisiones adoptadas por el gobierno a nivel federal. Esto permitiría una política exterior más coherente, ya que no sería necesario convencer a 27 países para alcanzar una decisión común. La defensa pasaría a ser competencia del gobierno federal, lo que facilitaría la coordinación en la modernización de las capacidades militares. Actualmente, la mayor crítica al complejo militar-industrial europeo es la falta de cooperación entre países y empresas.

Además, el proceso de ampliación sería más sencillo. Actualmente, para que un país inicie negociaciones de adhesión, se requiere una decisión unánime de los 27 Estados miembros; luego, para cerrar los capítulos de negociación, se necesita nuevamente el consentimiento de todos, así como la ratificación del acuerdo de adhesión por parte de todos los parlamentos nacionales y del Parlamento Europeo. En un Estado federal, no haría falta un procedimiento tan complejo.

Por ejemplo, en Estados Unidos, la decisión de admitir un nuevo Estado la toma el Congreso conforme a reglas claras, lo que impide que, por ejemplo, la adhesión de Samoa Americana se vea bloqueada por Hawái debido a disputas históricas.

La unión de partidarios de la Eurofederación existe desde 1946


Desde un punto de vista económico, la creación de una Federación Europea tiene sentido. En caso de que surgiera tal entidad, contaría con 449 millones de habitantes, lo que la convertiría en la tercera más grande del mundo, incluso superando a Estados Unidos. Si un país así apareciera este año, su PIB nominal estimado podría alcanzar los 19,991 billones de dólares, casi al nivel de China.

Estas cifras son significativas en un contexto mundial donde, aunque parezca extraño, Estados Unidos está renunciando voluntariamente a su papel de líder, mientras que China aún no puede ocupar esa posición debido a problemas económicos que le afectaron tras la pandemia de Covid-19. En consecuencia, el vacío de liderazgo solo se intensificará, por lo que una Europa unida podría ocupar ese lugar, ya que tendría suficiente población y base económica para disputar el rol de líder mundial.

Ya no estamos en el siglo XIX, cuando países europeos individuales podían estar entre las potencias mundiales; hoy solo una Europa unificada es capaz de ello.

«¿Pero es realmente necesario crear una Eurofederación para ello?» — en resumen, sí, es necesario. 

Si entramos en detalles, cabe destacar que la estructura actual de gestión de la UE se asemeja a una confederación, una unión de Estados que han delegado algunas competencias a las instituciones europeas. Sin embargo, las confederaciones son estructuras complejas, poco ágiles y a menudo incapaces de enfrentar desafíos serios. Tomemos dos ejemplos históricos: Estados Unidos y Suiza.

Entre 1781 y 1789, Estados Unidos fue una unión de 13 estados que se conoce como el período de la confederación (no la actual). En ese sistema, cada estado tenía derecho a veto, lo que hizo que la unión fuera disfuncional. Esto lo entendían tanto los partidarios de la federación como sus opositores. Como resultado, se convocó una convención constitucional para redactar una nueva constitución, en la cual se estableció que para formar la federación bastaba el consentimiento de 9 estados, y que el resto podía incorporarse después o quedarse fuera. Así, 11 estados, incluyendo los más grandes como Nueva York y Virginia, formaron los Estados Unidos actuales. Quedaron fuera Rhode Island y Carolina del Norte, que se negaron a unirse pero luego reconocieron que no podían sobrevivir por sí solos. Para la adhesión definitiva de los 13 estados fueron necesarios 30 meses.

La situación con Suiza es algo diferente, ya que la antigua Confederación Suiza se formó a finales del siglo XIII, logró recuperar su independencia de los Habsburgo y perduró hasta finales del siglo XVIII. Sin embargo, el funcionamiento de ese Estado era complicado, pues a nivel nacional no existían ministerios con plenos poderes y el parlamento tenía facultades muy limitadas. Como resultado, la Suiza de entonces fue conquistada por los revolucionarios franceses.

Incluso tras la liberación, la situación no mejoró, y las disputas sobre la distribución de poderes y las libertades políticas derivaron en caos y conflictos constantes. No fue hasta 1848 cuando se redactó una nueva constitución que transformó la confederación en la Suiza federal que conocemos hoy.

Ambos ejemplos demuestran que la forma confederativa llega a su límite y no puede responder eficazmente a los desafíos, presentando frecuentemente disfuncionalidades. Actualmente, la Unión Europea ha llegado a un punto en que todos entienden que se necesitan cambios.

Se podría optar por transformar la UE en una simple unión económica, pero eso haría a Europa vulnerable frente a Estados Unidos o China. También se podría seguir el ejemplo de los autores de la Constitución de Estados Unidos y formar una federación con el apoyo de las principales potencias (Francia y Alemania), lo que permitiría a Europa presentarse unida en el escenario mundial y reaccionar con mayor rapidez ante los retos.

Sin embargo, algo es seguro: la forma actual de la Unión Europea ha llegado a su límite y es necesario buscar una nueva.

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PolitKraina
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