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10 feb 2025 | 11 MIN.

La economía rusa depende de una mano tendida de ayuda o un empujón en la espalda.

A mediados de 2024, la mayoría de los medios de comunicación occidentales coincidían en que la fortaleza de la economía rusa era impenetrable frente a las lanzas de las sanciones occidentales. Pero los intentos anteriores del gobierno ruso de ocultar la situación real de la economía ya no funcionan. A pesar de las declaraciones oficiales sobre una situación controlada, los indicadores financieros del país muestran un nivel crítico de inestabilidad. Las sanciones, la guerra y los errores económicos internos conducen a un declive gradual pero inevitable.

Riesgos para la economía

La inflación en Rusia sigue aumentando. Según datos oficiales, en enero de 2025 alcanzó un 1,3 %. Sin embargo, los datos oficiales de 2024 no coincidieron con los estudios independientes. La conocida organización rusa "Ramir" ya en septiembre de 2024 detectó que la inflación real había llegado en ese momento al 22 % en términos anuales. Esto significa que el gobierno está ocultando deliberadamente los verdaderos indicadores para mantener la apariencia de estabilidad, lo que significa que incluso un indicador mensual como el 1,3 % de inflación en enero podría estar muy subestimado. Además, el Banco Central había aumentado la tasa incluso con una inflación menor: un 0,7 % mensual.

Otro indicador oculto de la inflación es que en diciembre de 2024, el Banco Central de Rusia aumentó la masa monetaria en $60 mil millones. Esto es más de lo que se gastó en todo el año 2021 antes de la guerra. Economistas rusos opositores pronostican que la inflación en 2025 será de un 30 %.

El programa de hipotecas subvencionadas está desapareciendo, lo que lleva a un colapso real en el mercado inmobiliario. Esto puede provocar una cascada de quiebras entre los promotores.

Además, la situación financiera en Rusia se ve complicada por la incapacidad del gobierno para controlar los gastos. El gabinete ya ha destinado $3 mil millones a la recapitalización del Fondo de Desarrollo Industrial, mientras que el Ministerio de Finanzas de Rusia ha señalado la necesidad de $15 mil millones adicionales debido a la guerra y la crisis hipotecaria. Según un diputado de la Duma Estatal, para indexar las pensiones en un 2,5 %, se deben encontrar $1,5 mil millones. Tales gastos imprevistos bajo condiciones de déficit permanente seguirán acumulándose como una bola de nieve. Y dado que Rusia está desconectada del mercado de capitales, esto supone una carga adicional para el presupuesto.

La falta de préstamos externos y la alta tasa del Banco Central se han convertido en uno de los factores de degradación: los rendimientos de los bonos federales a un 17 %+ no dejan espacio para una recuperación adecuada de los fondos básicos.

El 20 % de las empresas del sector tecnológico gastan el 60 % de sus beneficios en pagar deudas. Esta es una situación anómala que impide la reinversión en el sector.

El Fondo Nacional de Bienestar (FNB), una de las últimas reservas financieras de Rusia, se está agotando rápidamente. Si en 2021 solo el 36 % de los activos del FNB eran ilíquidos, a principios de 2025 esta cifra había aumentado al 68 %, lo que equivale a unos $80 mil millones. Muchos no entienden por qué esta parte es ilíquida. La razón es que esta parte está compuesta por valores que el Kremlin no querrá vender: participaciones de control en Sberbank (40 % de toda la parte ilíquida del FNB); inversiones en bonos de empresas rusas que están llevando a cabo proyectos de inversión estratégicos; propiedad de participaciones estratégicas en Aeroflot y otras grandes empresas importantes para el Estado; y el control total sobre los Ferrocarriles Rusos, cuya documentación está clasificada como información secreta.

La parte líquida del FNB, en enero de 2025, es solo de $38 mil millones. Esta cantidad casi coincide con el déficit presupuestario oficial de 2024, que es del 1,7 % ($36 mil millones). El verdadero déficit podría ser mayor en $20 mil millones (si se recuerda el esquema de emisión latente de fondos por parte del Banco Central a través de las condiciones impuestas a los bancos para operaciones de "repo en rublos"). Este esquema ya ha sido analizado varias veces en la comunidad analítica Resurgam.

El déficit pronosticado por los expertos del gobierno ruso para 2025 será de $40 mil millones. Es evidente que el déficit se cubrirá de las siguientes maneras: con los fondos del FNB, el tipo de cambio del rublo, la emisión de moneda y los préstamos internos (el proceso de estos últimos sigue avanzando lentamente debido a la pérdida de confianza y la imposibilidad de realizar planes a largo plazo). A partir del ejemplo de 2024, se puede suponer con alta probabilidad que esta estrategia tendrá recursos limitados y el FNB estará cerca de agotarse.

Bajo estas condiciones, es bastante posible que para finales de 2025 se confisquen los depósitos de la población. Se está discutiendo el esquema de la "conversión chipriota": parte de los depósitos se convertirá en acciones del banco. La población se convertirá a la fuerza en "inversores felices". Estos esquemas no son nuevos para Rusia; numerosos ejemplos de la época soviética son elocuentes y seguramente serán tomados como modelos.

Uno de los principales factores que acelera el declive económico de Rusia es la drástica caída de las exportaciones. Al final de 2024, las exportaciones cayeron un 19 % en términos anuales, debido en gran parte a los desastrosos resultados de diciembre. Esta tendencia refleja un debilitamiento sistémico del potencial exportador del país, que está relacionado no solo con la presión de las sanciones, sino también con la crisis general en sectores clave como los recursos energéticos.

Un golpe adicional es la reducción del saldo positivo en la entrada/salida de divisas. Si en 2022 este indicador fue de +$30 mil millones al mes, a principios de 2025 cayó a +$6 mil millones. Todo esto acerca la economía rusa a una situación en la que las divisas provenientes de las exportaciones apenas alcanzan para comprar las importaciones críticas.

Los últimos paquetes de sanciones impuestas por Occidente han dificultado significativamente la llegada de divisas al país. Las empresas rusas se ven obligadas a utilizar intermediarios para eludir las restricciones sancionadoras, lo que genera costos adicionales del 5 al 20 %. Todo esto está agotando las ganancias, lo que, tarde o temprano, tendrá como resultado la renuncia crítica de un número significativo de empresas a realizar actividades económicas exteriores. Al final del año, las ganancias de las empresas disminuyeron un 15 %. Esto, además de los problemas para las propias empresas, también significa una reducción de la base imponible.

El 13 de marzo de 2025, entrará en vigor la prohibición para los bancos rusos de realizar pagos por recursos energéticos. Dado que el petróleo y el gas siguen siendo las principales fuentes de ingresos en divisas, esto pondrá en peligro todo el sistema de pagos externos de Rusia. Los problemas para obtener divisas podrían volverse críticos en el segundo trimestre de 2025, lo que llevaría a una escasez de divisas extranjeras y una devaluación aún más pronunciada del rublo.

Sistema bancario

Según el Centro de Análisis Macroeconómico y Pronóstico a Corto Plazo (CAMPCP/ЦМАКП), la crisis en el sistema bancario ya ha alcanzado un carácter irreversible. Los mayores problemas de los bancos son los créditos impagos que se han acumulado en los sectores de la propiedad inmobiliaria y la industria de defensa.

Los promotores, que no pueden vender propiedades debido al colapso de la demanda y la eliminación de la hipoteca subvencionada, se están convirtiendo en una fuente de activos tóxicos. Mientras tanto, el complejo militar-industrial, que sigue trabajando a plena capacidad gracias a los contratos estatales, acumula cada vez más deudas con los bancos. El ejemplo más llamativo es el intento de quiebra de "Uralvagonzavod", el mayor productor de tanques de combate de Rusia, que supuestamente no pudo cumplir con sus obligaciones financieras.

Un factor adicional que está destruyendo el sector bancario es la presión política del entorno de Putin. El complejo militar-industrial (VPK) sigue siendo la prioridad de financiamiento, lo que obliga a los bancos a otorgar préstamos a las empresas de defensa incluso cuando son claramente deficitarias. Esto sucede en parte por necesidad militar, pero en su mayor parte debido a las tradicionales conexiones corruptas entre los militares y las élites financieras. Los bancos se ven obligados a trabajar con altos riesgos o incluso con pérdidas. Esto, a su vez (debido a la situación del mercado inmobiliario descrita anteriormente), aumenta las probabilidades de que estalle la "burbuja económica".

Sector de petróleo.

Bajo la carga de las sanciones y los ataques de misiles y drones ucranianos, el pilar más importante de la economía rusa también ha empezado a debilitarse.

La presión de las sanciones y los ataques con misiles y drones ya han llevado a una reducción de las capacidades de las refinerías de petróleo (NPP) en un 17% (hasta finales de enero de 2025).

Según la OPEP, entre 2022 y 2024 la producción de petróleo en Rusia cayó un 8%. Pero la verdadera crisis podría desatarse en los próximos años: según estimaciones de los geólogos rusos, las reservas de petróleo económicamente viables del país solo alcanzarán para 3-8 años. Este plazo se acortará aún más si los precios del petróleo caen o si Rusia no puede encontrar nuevas tecnologías para extraer reservas de difícil acceso.

Por lo tanto, el retiro de los gigantes del sector de servicios petroleros occidentales del mercado ruso es un paso doloroso para Rusia. Según estimaciones de los expertos, la falta de estas tecnologías causará una reducción anual en la extracción de petróleo del 5%, y el efecto se notará a partir de 2026.
El Kremlin se encuentra atrapado en una difícil trampa: por un lado, el gobierno intenta frenar el aumento de los precios de los combustibles para la población, y por otro, se ve obligado a mantener a los productores en el mercado interno, que les resulta mucho menos rentable en comparación con la exportación. Para mantener la estabilidad en el mercado interno de productos derivados del petróleo, el gobierno utiliza un mecanismo denominado "mecanismo de amortiguamiento", un sistema de subsidios presupuestarios a las compañías petroleras. En 2024, se gastaron $18 mil millones en compensaciones, lo que aumenta aún más la presión sobre el presupuesto.

Las últimas sanciones han complicado el transporte de petróleo ruso. Rusia utiliza activamente una flota de tanqueros en la sombra, pero el control de las sanciones gradualmente reduce las posibilidades de eludir las restricciones. Sin embargo, para que las sanciones sean efectivas, es crucial que sean más coordinadas. No es aceptable que algunos tanqueros estén prohibidos en Europa, pero puedan operar en Estados Unidos, mientras que otros estén prohibidos en Estados Unidos pero lleguen a puertos de la UE. Esto le da a Rusia maniobrabilidad para mantener sus exportaciones.

Hoy en día, los ataques ucranianos a las refinerías se han convertido en un factor clave de desestabilización en el sector de refinación de petróleo de Rusia. A mediados de enero, el mayor NPP del país, la refinería de Riazán,

fue atacada, y el 30 de enero fue atacada la refinería de Volgogrado. Tras la detención de la refinería de Riazán, los precios de la gasolina en la Bolsa de Productos de San Petersburgo aumentaron un 8%, y la FAS propuso continuar con la moratoria sobre la exportación de gasolina para estabilizar los precios.

Para entenderlo más fácilmente, la base de almacenamiento de petróleo se llama "simplemente un armario", que no incluye procesos de alta tecnología. Sin embargo, una serie de golpes sostenidos y metódicos a estos "armarios", además de eliminar la logística militar, poco a poco conduce al agotamiento de la infraestructura de almacenamiento, lo que a su vez agota la infraestructura de transporte de petróleo.

Ha llegado al punto de que Rusia utiliza tanqueros como "armarios" para aliviar las cadenas de transporte. No se puede descartar que la catástrofe tecnológica de dos tanqueros con el derrame de petróleo en el Mar Negro haya sido causada por la política forzosa de usar tanqueros fluviales como "armarios" en el mar durante la temporada de tormentas.

La crisis en el sector petrolero y gasífero ya se está manifestando en la reducción de los gastos incluso en monopolistas como Gazprom. La compañía ha comenzado una reducción masiva de su fondo salarial, lo que es una señal inicial de graves problemas financieros.

Anteriormente, el exceso mundial de demanda sobre oferta permitía a los países de la OPEP manipular eficazmente los precios, pero ahora este margen se ha reducido de 3 millones de barriles por día a 1,65 millones, lo que limita significativamente las estrategias de los países de la OPEP en el mercado. Ahora, la estrategia para reducir los precios parece cada vez más viable. Y en estas condiciones, el petróleo ruso no podrá competir con el petróleo de los países de Oriente Medio.

El 27 de febrero entrará en vigor un nuevo paquete de sanciones que podría reducir las exportaciones rusas en 1 millón de barriles por día (o un 15% del volumen total). Sin embargo, esto depende de la eficacia del control sobre el cumplimiento de las sanciones. Si el control es estricto, las pérdidas para Rusia serán significativas. Si el Kremlin encuentra formas de eludirlas, las pérdidas podrían limitarse al 1-2%.

Contramedidas de Rusia: manipulaciones y ataques informativos

Uno de los elementos clave de la estrategia informativa del Kremlin desde 2023 ha sido ocultar los indicadores económicos reales. El programa de desarrollo de Rosstat hasta 2030 prevé la total clasificación de los datos económicos, lo que imposibilita el análisis independiente de la situación económica de Rusia. Esto se hace para que los analistas occidentales no puedan evaluar con precisión el nivel de debilidad económica de Rusia, y por lo tanto, no puedan predecir cuándo el país alcanzará un nivel crítico de agotamiento financiero. Este enfoque también le permite al Kremlin controlar la política informativa interna, convenciendo a la población de que "no hay crisis", incluso si los indicadores reales muestran lo contrario.

Otro instrumento importante son las manipulaciones informativas. Se espera que Rusia inicie una de las campañas más masivas, dirigidas a desmoralizar a la élite política occidental y a la opinión pública que espera el colapso de la economía rusa.

Los primeros pequeños elementos de esta campaña ya son evidentes. Rusia difunde a través de los medios europeos información sobre el aumento récord de las exportaciones de energía. Sin embargo, las cifras reales muestran lo contrario: los volúmenes físicos de las exportaciones de petróleo realmente han disminuido en 350.000 barriles por día. El Kremlin creó esta falsedad gracias a dos factores principales:

  • el colapso del rublo: los ingresos en rublos por exportaciones parecen ser mayores, pero solo porque la moneda nacional se devaluó.

  • aumento de la carga fiscal: el gobierno de Rusia aumentó artificialmente los impuestos a las compañías petroleras, lo que aumentó los ingresos fiscales en rublos, pero no los volúmenes reales de exportación.

Estas manipulaciones permiten al Kremlin mantener temporalmente la apariencia de estabilidad, pero la realidad muestra lo contrario: la economía rusa se está sumergiendo cada vez más en una crisis.

Occidente debe empujar a Rusia hacia el abismo

Recientemente, el expresidente ruso Medvédev declaró: "No penséis que si dejamos de luchar, dejaremos de aumentar la producción militar". Este es otro signo de que Rusia solo desea un respiro, pero no disminuirá sus aspiraciones de conquistar los países de Europa del Este.

A Occidente no le queda más remedio que tomar la decisión correcta: llevar la economía rusa al colapso. Pero la decisión correcta, entre otras cualidades, debe tomarse a tiempo.

La política de presión económica gradual que Occidente aplica actualmente solo tiene un efecto parcial y da lugar a procesos adaptativos. El Kremlin tiene tiempo para reorganizar el sistema económico, encontrar esquemas alternativos y desarrollar mecanismos financieros en la sombra. En cambio, se necesita un golpe combinado:

  • Sanciones económicas que causen un daño irreversible de inmediato, y no solo dificulten la situación y fortalezcan a los directores ejecutivos.

  • Grandes ataques ucranianos a la infraestructura petrolera de Rusia, que contribuirán a desorganizar las cadenas económicas.

Este enfoque combinado debe causar un efecto psicológico masivo: los gerentes y trabajadores de las empresas afectadas deben sentir desesperación y miedo por el futuro en lugar de estar seguros de que son solo problemas temporales. Esto llevará a la caída del entusiasmo, la reducción de la producción, la negativa a restaurar los objetos dañados y, finalmente, a la emigración laboral desde las ciudades, lo que desestabilizará aún más los indicadores económicos.

El objetivo estratégico de Europa, si quiere ser un actor que dicte las condiciones, es no mirar al otro mundo y ayudar a Ucrania a desorganizar (desequilibrar) las cadenas de producción de Rusia (refinerías, terminales, puertos, bases de petróleo, todos los objetos de generación, transmisión y almacenamiento de recursos energéticos). Ucrania, dentro de sus posibilidades, debe no solo desorganizar, sino destruir dicha infraestructura.

El puerto de Novorosíisk es un nodo económico clave, cuyo desbalanceo puede convertirse en una palanca principal de presión sobre el Kremlin. Su destrucción a gran escala no solo podría debilitar la posición de Rusia en las negociaciones, sino que, considerando el estado de su economía, podría plantear la cuestión de la capitulación de Rusia en la visión ucraniana (su retirada de los territorios ucranianos).

Sin embargo, existe un problema en este asunto: es probable que algunos países occidentales no estén interesados en la destrucción de la infraestructura portuaria de Novorosíisk. Para Ucrania, se trata de una cuestión existencial, y debe buscar aliados dispuestos a ayudar a ignorar esas restricciones.

Dos estados que podrían ver beneficios en infligir las mayores pérdidas económicas posibles a Rusia a largo plazo son el Reino Unido y Francia. Su participación en esta estrategia no solo permitiría situar a Rusia en la posición más baja posible en las negociaciones de paz, sino que también permitiría a Londres y París recuperar sus posiciones globales como actores geopolíticos clave.

Por lo tanto:

  1. El aumento de los costes en los esquemas de intermediación y la incapacidad del Kremlin para estabilizar los ingresos en divisas y la alta inflación acercan cada vez más al país al riesgo de un colapso económico.

  2. El sistema bancario ruso se encuentra en una crisis irreversible debido a la acumulación de deudas tóxicas en el sector inmobiliario y la industria de defensa, la creciente presión política y los esquemas de corrupción, lo que aumenta el riesgo de su colapso total.

  3. El sector petrolero y gasístico ruso, que durante mucho tiempo fue la base de la economía, está en declive debido a las sanciones, los ataques a la infraestructura y la escasez tecnológica. Las condiciones del mercado global del petróleo, el aumento de la competencia y las nuevas restricciones sancionadoras amenazan con mayores pérdidas en la exportación, haciendo que el petróleo ruso sea cada vez menos competitivo.

  4. Rusia intenta crear artificialmente la ilusión de estabilidad económica utilizando las siguientes herramientas: el secretismo de los datos, campañas de desinformación y presión psicológica sobre el público occidental.

  5. La situación económica en Rusia está al borde del abismo, pero para garantizar la imposibilidad de procesos de adaptación y lograr los objetivos geoestratégicos más ambiciosos, Occidente debe intensificar la presión sancionadora y acelerar el proceso de destrucción de los pilares económicos clave del Kremlin, incluyendo la coordinación reforzada con Ucrania en los ataques a infraestructuras energéticas.

  6. El papel de Europa y Ucrania como principales moderadores de la erosión de la economía rusa devolverá a los países clave de Europa sus posiciones geoestratégicas perdidas, y la UE (finalmente) tendrá en el mundo la autoridad de un depredador.

El autor del artículo:
Vadím Kovalénko