El intento de Moscovia de comprobar la seriedad de las sanciones
*Moscovia – nombre histórico y correcto de la Federación Rusa
Nuevas sanciones de la UE. El intento de Moscovia de poner a prueba la seriedad de las sanciones. Tucker Carlson ayuda a Putin a crear nuevas amenazas. En realidad, estos acontecimientos están estrechamente relacionados entre sí.
El efecto máximo de presión sobre Moscovia por las últimas sanciones de EE.UU. se sentirá a mediados de marzo, ya que las sanciones entran en vigor de manera escalonada y comenzarán a aplicarse por completo el 15 de marzo.
En este contexto, los compradores asiáticos de petróleo moscovita han comenzado a buscar y reservar alternativas en los mercados petroleros árabe, kazajo y africano, según informa Bloomberg.
Si la tendencia continúa, lo que depende directamente de la capacidad de EE.UU. para supervisar el cumplimiento de las sanciones impuestas por la anterior administración, las exportaciones de petróleo de Moscovia (a China e India) podrían desplomarse en un tercio después de marzo.
A finales de enero, comenzaron a aparecer en varios medios informes de que Moscovia estaba preparando una provocación.
La provocación consiste en lo siguiente: descargar «petróleo sancionado» en petroleros sancionados para demostrar a los compradores indios y chinos que la nueva administración estadounidense no controlará el cumplimiento de las sanciones impuestas en las últimas semanas del mandato de Biden, y que, por tanto, los compradores chinos e indios pueden reservar sin miedo el suministro de petróleo de Moscovia para marzo-abril.
Moscú necesita urgentemente convencer a los compradores indios y chinos antes de que estos se comprometan a colaborar a medio plazo con otros proveedores.
Estos rumores sobre la posible provocación se confirmaron por el hecho de que, en la noche del 28 al 29 de enero, la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, llamó al secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio. Precisamente la Secretaría de Estado de EE.UU. supervisa el cumplimiento de las sanciones primarias y secundarias y presenta solicitudes para ampliarlas contra los infractores.
Tras la conversación, Rubio confirmó a Kallas (https://www.bloomberg.com/news/articles/2025-01-28/top-eu-us-diplomats-discuss-pressuring-russia-over-ukraine-war?srnd=homepage-europe) que se mantendría la máxima presión de sanciones sobre Moscovia. Esta noticia se publicó rápidamente y sirvió de señal para los compradores indios y chinos, que potencialmente podrían haber aceptado participar en el arriesgado «experimento de Moscú».
Ahora, la UE está preparando un gran y efectivo paquete de sanciones contra la agroindustria, el sector energético y la flota oscura de Moscovia, que se espera aprobar próximamente. Si se aprueba, combinado con la plena aplicación de las sanciones de EE.UU., Moscovia podría enfrentarse a un «shock» en sus ingresos por petróleo y gas a finales de marzo o abril, lo que sin duda afectaría su capacidad para financiar la guerra a largo plazo.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que, debido a la postura de Hungría y Eslovaquia, las sanciones europeas inicialmente solo se aprobarán parcialmente o serán bloqueadas por completo.
Las sanciones aprobadas serán aquellas que no requieran unanimidad. Según fuentes de Bruselas, esto incluye la imposición de aranceles adicionales a los productos agrícolas y fertilizantes de Moscovia. En cuanto al sector energético (flota oscura y GNL), estas sanciones requieren unanimidad y, evidentemente, serán vetadas por Orbán y Fico. Por lo tanto, su consideración se aplazará hasta marzo.
Sin embargo, dentro de la estrategia de máxima presión de sanciones sobre Moscovia, esto no es crítico. Si en marzo la UE finalmente aprueba sanciones energéticas contra Moscovia, estas podrán sumarse en efecto a las sanciones estadounidenses, impidiendo que Moscú se adapte a ellas como lo ha hecho en ocasiones anteriores.
La posibilidad de que la UE apruebe sanciones energéticas en marzo dependerá de tres factores:
1. De la máxima presión interna y externa sobre el gobierno de Fico en Eslovaquia, que actualmente mantiene posiciones promoscovitas debido a la necesidad de obligar a Ucrania a transportar el gas de Moscovia, con cuyo dinero Moscú financia su guerra de conquista.
2. De qué gobierno se forme en Alemania y si los partidos leales a Moscú obtendrán una «minoría de bloqueo».
3. Y, como consecuencia de los dos puntos anteriores, la posibilidad de aumentar la presión sobre Hungría, como ha ocurrido en todas las ocasiones anteriores cuando se han requerido decisiones unánimes.
Precisamente el tercer punto será decisivo, pero si se cumplen los dos primeros, el tercero puede volverse completamente viable debido a la postura de EE.UU. Estratégicamente, para los estadounidenses son beneficiosas las sanciones petroleras y gasísticas contra Moscovia, ya que esto libera el mercado europeo de los recursos energéticos moscovitas para las compañías energéticas estadounidenses.
También es crucial la posición del primer ministro polaco, Tusk, quien representa a Polonia como país que preside la UE y parece dispuesto a ejercer presión política sobre Budapest para la adopción de las sanciones necesarias.
Consciente del riesgo potencial para sí misma, Moscovia, como método para obstaculizar la imposición de nuevas sanciones, ha optado por llevar a cabo una serie de operaciones informativas. Moscú trata de encontrar un nuevo formato de amenazas para, como mínimo, obligar a los países europeos a posponer la decisión con el fin de reevaluar los riesgos.
Tras perder la herramienta del «chantaje nuclear y la amenaza de escalada», y después de la fallida operación informativa de Moscú con el sistema «Oreshnik», de la que ya todos se han olvidado, incluso el propio Kremlin, ahora, gracias al propagandista estadounidense de Moscovia, Tucker Carlson, se lanza una nueva oleada de desinformación mediante publicaciones dirigidas.
Se trata de inundar el espacio mediático con la idea de un supuesto «plan para asesinar a Putin» y, como consecuencia, la respuesta de Moscovia.
El objetivo es uno solo: crear un ambiente de «incertidumbre» y «necesidad de reconsiderar la decisión» dentro de la UE, con el fin de reducir la severidad de las sanciones que, a partir de finales de marzo, podrían tener un efecto acumulativo con las sanciones de EE.UU. adoptadas por la administración Biden al final de su mandato.
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