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17 feb 2025|4 MIN.
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La debilidad de Trump es la dependencia del complejo militar-industrial estadounidense de los pedidos europeos.

Getty Images

Anteriormente, Trump confirmó que estaba dispuesto a considerar la opción de que los europeos compren armas estadounidenses para Ucrania. Esta declaración fue el resultado de una serie de razones. Pero la pregunta principal es: «¿Por qué se hizo pública esta declaración?». La respuesta está en los procesos que tienen lugar en Europa.

El hecho es que en EE. UU. se ha desarrollado una situación interesante: por un lado, la administración Trump propone reducir el gasto en el complejo militar-industrial estadounidense, y por otro, muchas empresas estadounidenses han invertido en la expansión de la producción de armas con la expectativa de pedidos estatales concretos. Muchas de estas nuevas producciones deberían alcanzar su capacidad planificada en 2025 — primera mitad de 2026.

Por lo tanto, la administración Trump se enfrentará a una situación en la que el complejo militar-industrial estadounidense habrá completado su expansión, decisión tomada aún bajo la administración Biden, pero las capacidades quedarán inactivas debido a la falta de pedidos suficientes, ya que los principales compradores deberían haber sido EE. UU. y Ucrania para las necesidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Una cosa son los costosos F-35, cuyos pedidos están programados hasta 2035 inclusive, y otra muy distinta los materiales de consumo, como municiones, misiles antitanque/antiaéreos portátiles, equipamiento y otros, que requieren contratos anuales estables y, sobre todo, de gran volumen para mantener la producción y garantizar la rentabilidad de la inversión.

La situación en este aspecto se agrava por el hecho de que el mercado de defensa de EE. UU. está concentrado en 6-8 grandes corporaciones, la mayoría de las cuales no atraviesan su mejor momento.

Por ejemplo, la política de Trump y las expectativas sobre la política de la nueva administración ya han provocado una caída en las acciones de las empresas de defensa estadounidenses:

  • Lockheed Martin: 423 dólares por acción. En un mes, -16.4% (-83 dólares).

  • Raytheon Technologies: 122.4 dólares por acción. En un mes, -2.66% (-3.34 dólares).

  • Northrop Grumman: 438.9 dólares por acción. En un mes, -13% (-65.55 dólares).

  • General Dynamics: 241.9 dólares por acción. En un mes, -10.9% (-29.7 dólares).

Mientras tanto, las acciones de las empresas de defensa europeas están batiendo récords:

  • Rheinmetall: 935 euros por acción. En un mes, +34.9% (+240 euros).

  • BAE Systems: 1339 libras esterlinas por acción. En un mes, +9.4% (+115 libras).

  • Thales: 179 euros por acción. En un mes, +19.6% (+29.4 euros).

  • Airbus: 171.9 euros por acción. En un mes, +5.2% (+8.5 euros).

La concentración del complejo militar-industrial estadounidense en condiciones normales es una ventaja, pero en este aspecto es una desventaja. Ya que la bancarrota o los problemas financieros de un solo fabricante afectarán inevitablemente a toda la industria de defensa.

Por lo tanto, la situación es la siguiente:

Si la Casa Blanca no está dispuesta, como en tiempos de Biden, a asignar fondos para pedidos adicionales al complejo militar-industrial estadounidense, la única salida es aumentar estos pedidos desde el exterior (Europa).

Sin embargo, la Casa Blanca permite una política tóxica en la que, por un lado, EE. UU. acusa a Europa de debilidad en defensa, y por otro, exige que los pedidos se hagan principalmente a fabricantes estadounidenses, al tiempo que chantajea a Europa con la seguridad y la presencia de EE. UU. en la OTAN.

La respuesta de Draghi a las acusaciones estadounidenses sobre la debilidad de Europa es correcta y concisa:

«Sí, tenemos un potencial de defensa débil y la razón principal es un complejo militar-industrial fragmentado y con financiación insuficiente. Debemos corregir esto. Pero si invertimos en fabricantes estadounidenses, no podremos modernizar y desarrollar nuestro propio complejo militar-industrial».

Por ello, varios países europeos abogan por establecer condiciones para que los bonos de defensa se utilicen exclusivamente en producciones conjuntas dentro de la UE, el Reino Unido, Noruega y Ucrania. La declaración de Trump es precisamente una forma de presión y una expectativa de que los fondos conjuntos obtenidos para las necesidades de defensa sean invertidos por Europa en pedidos de armas estadounidenses. Este enfoque sería un error.

El fondo de defensa que se creará en Europa, por razones estratégicas, debe financiar principalmente la producción de armas europeas y la producción de armas en Ucrania como parte inseparable de la seguridad europea y una parte de la capacidad de defensa común europea.

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