El Báltico puede perder a América. Qué significa la posible reducción de la presencia de seguridad de EE.UU. para la región
Los países bálticos – Estonia, Letonia y Lituania – son la parte más vulnerable del flanco oriental de la OTAN. Su ubicación geográfica, la proximidad inmediata a Rusia y la región de Kaliningrado, así como sus relativamente pequeñas fuerzas armadas propias, hacen que estos países dependan de manera crítica del apoyo externo en materia de seguridad. En este contexto, la presencia militar y la ayuda estadounidenses han desempeñado tradicionalmente un papel clave en garantizar la estabilidad de la región.
Sin embargo, con el inicio del segundo mandato presidencial de Donald Trump, la región se enfrenta a nuevos desafíos respecto al futuro de la presencia de seguridad estadounidense. El cambio de prioridades de Washington, la reorientación hacia la confrontación con China y la presión sobre los países europeos para aumentar sus propios gastos de defensa crean las condiciones para una revisión de la estrategia de seguridad de estos países.Escenarios potenciales de invasión militar de la Federación de Rusia.intellinews.com
Estado actual de la presencia estadounidense en la región
A partir de 2025, la presencia militar de Estados Unidos en la región incluye hasta 2.000 efectivos. Además, los países bálticos acogen batallones multinacionales de la OTAN liderados por el Reino Unido (Estonia), Canadá (Letonia) y Alemania (Lituania).
En Lituania está desplegado un batallón estadounidense de tanques, presente allí desde 2019 y previsto hasta 2026. Lituania también acoge a la brigada multinacional alemana, inaugurada oficialmente en mayo de 2025 y que sigue ampliándose. Para 2027 alcanzará plena capacidad operativa con hasta 5.000 efectivos, convirtiéndose en el mayor contingente militar extranjero permanente en la región.
Un aspecto importante de la presencia estadounidense en Lituania es su ubicación estratégica cerca del corredor de Suwałki, lo que convierte a las fuerzas norteamericanas en un elemento clave para la defensa del punto más vulnerable de la OTAN en el flanco oriental.
En Estonia y Letonia la presencia estadounidense tiene un carácter más móvil, centrado en unidades de reacción rápida y sistemas especializados. Canadá planea completar el despliegue pleno de sus capacidades brigadistas en Letonia para 2026, cuando estarán estacionados hasta 2.200 militares canadienses dentro de la brigada multinacional.
Los países también reciben apoyo financiero. Entre 2021 y 2025, el Congreso de EE. UU. asignó más de 1.000 millones de dólares a la Iniciativa de Seguridad Báltica (Baltic Security Initiative).
La presencia militar y financiera tanto de la OTAN como de EE. UU., en particular, es críticamente importante para el Báltico. Así lo subrayan también las autoridades bálticas. Por ejemplo, el general Raimundas Vaikšnoras, comandante de las Fuerzas Armadas de Lituania, señaló que la presencia de Estados Unidos en Lituania es uno de los principales factores de disuasión frente a potenciales adversarios.
Razones del posible recorte
Reorientación hacia la región del Indo-Pacífico
La administración de Trump dejó claro que los europeos deben asumir la responsabilidad principal de la defensa del continente.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, declaró en Bruselas en febrero de 2025 que “las duras realidades estratégicas no permiten a Estados Unidos concentrarse principalmente en la seguridad de Europa”. En cambio, EE. UU. se enfocará en la protección de su frontera sur y en la confrontación con China.
Consideraciones económicas
En Estados Unidos, cada vez más funcionarios afirman que el país simplemente no puede permitirse mantener sus compromisos en Europa. La reducción de la presencia militar podría liberar recursos para otras prioridades estratégicas.
Además, la filosofía económica de la administración se basa en el principio de que los contribuyentes estadounidenses no deben soportar una carga desproporcionada por la defensa de los aliados europeos. Esta lógica resuena especialmente entre el electorado de Trump, que considera que EE. UU. ha subvencionado la seguridad europea durante demasiado tiempo.
Presión sobre los aliados europeos
Funcionarios europeos señalan que esta medida tiene como objetivo incentivar a los países más ricos del continente a financiar la ayuda en materia de seguridad dentro de su propia región. Esto está en línea con la estrategia a largo plazo de Trump de promover una mayor distribución de responsabilidades dentro de la OTAN.
Medidas concretas de la administración Trump
La administración de Trump ya ha anunciado la suspensión de algunos programas de ayuda en materia de seguridad para los países europeos vecinos de Rusia.
En particular, en septiembre de 2025, el Pentágono informó a la UE que el apoyo militar dentro del programa Section 333 se reduciría a cero a partir del próximo año fiscal. Para los países bálticos, esto significa la pérdida de cientos de millones de dólares en asistencia.
Funcionarios del Pentágono también están considerando un plan para retirar hasta 10.000 militares de Europa del Este. Aunque esto no afecta únicamente a los países bálticos, tales cambios podrían tener un impacto serio en la arquitectura general de seguridad de la región.
Reacción de los países bálticos
Ante la incertidumbre, los países bálticos han asumido compromisos financieros en materia de gasto en defensa.
Lituania fue la primera en comprometerse a alcanzar el 5% del PIB en defensa a partir de 2026. Esta decisión permitirá al país crear una división militar completa para 2030, adquirir tanques modernos Leopard 2A8 y formar una nueva brigada mecanizada.
Estonia estableció un plan aún más ambicioso: alcanzar un promedio del 5,4% del PIB en defensa para 2029.
Letonia adoptó un enfoque gradual: en 2025 su gasto fue del 3,65% del PIB, con el objetivo de llegar al 5% a largo plazo.
También se han implementado reformas militares importantes: Lituania planea la creación de nuevas brigadas y la expansión del reclutamiento, aumentando la Servicio de Defensa Nacional de unos pocos cientos de reclutas a 4.000 en 2028. Estonia invierte en la adquisición de sistemas HIMARS y antitanques, así como en la mejora de sistemas de comunicación. Letonia está construyendo un gran campo de entrenamiento en Seloña, implementando un sistema de defensa aérea en capas y ampliando la compra de equipos militares.
Todos los países están desarrollando activamente ciberdefensa, tecnologías de drones y herramientas para contrarrestar ciberataques rusos y la guerra electrónica.
Un área clave ha sido también profundizar la cooperación con aliados europeos. Los tres países participan activamente en las Fuerzas Expedicionarias Conjuntas (JEF) bajo liderazgo del Reino Unido.
Decisiones importantes incluyen la salida de los estados bálticos de la Convención de Ottawa sobre la prohibición de minas antipersonal, así como la salida de Lituania de la Convención sobre Municiones en Racimo. Estos pasos se explican por la necesidad de ampliar al máximo las herramientas de defensa, aunque los países han subrayado que no planean usar ni acumular actualmente este tipo de armamento.
Desafíos estratégicos para la región
Los países bálticos presentan varias vulnerabilidades geoestratégicas clave, que aumentan su dependencia de los aliados de la OTAN y los hacen más vulnerables en caso de agresión por parte de Rusia.
En primer lugar, estos Estados están alejados de las principales fuerzas de la OTAN. Territorialmente, están separados de los centros militares del Alianza en Europa Central y Occidental, y las principales rutas logísticas atraviesan Polonia.
Esto convierte efectivamente al Báltico en una especie de “enclave de la OTAN” en caso de crisis militar. Cualquier reubicación masiva de fuerzas hacia la región requiere tiempo, lo que puede resultar crítico frente a una agresión repentina.
La segunda vulnerabilidad es el corredor de Suwałki, una estrecha franja de tierra de aproximadamente 65 km de ancho que se extiende entre la región de Kaliningrado (Rusia) y Bielorrusia.
En caso de conflicto, Rusia, en coordinación con Bielorrusia, podría cerrar este corredor, aislando a los países bálticos del resto de los aliados por tierra. En tal situación, el suministro solo podría realizarse por vía marítima o aérea, lo que sería mucho más complejo y arriesgado.The Suwalki Gap is 70-km long narrow stretch of land, separating Kaliningrad and Belarus. For years it has been dubbed NATO’s Achilles Heel. [Stratfor.com]
Otra problemática es la pequeña extensión territorial y la ausencia de profundidad estratégica en la defensa. Los países bálticos son relativamente pequeños, por lo que las tropas enemigas pueden avanzar rápidamente hacia el interior sin dar tiempo a preparar una defensa efectiva. Por ejemplo, desde la frontera de Letonia con Rusia hasta Riga hay apenas unos 200 km.
Un desafío serio también es el desequilibrio militar. Rusia posee una ventaja significativa en fuerzas, especialmente en artillería, misiles y aviación. Además, la región de Kaliningrado es un enclave altamente militarizado, con sistemas de defensa aérea S-400 y complejos de misiles Iskander, capaces de controlar una amplia zona en la región báltica.
Más allá de los riesgos militares, los países bálticos son vulnerables a amenazas híbridas, incluyendo ciberataques, campañas de desinformación y sabotajes políticos que Rusia aplica activamente.
Un factor adicional es la importante minoría rusoparlante, especialmente en Letonia y Estonia, que Moscú podría aprovechar para generar desestabilización interna.
Factor China
Es interesante notar que, aunque EE. UU. justifica la reducción de su presencia militar en los países bálticos por la necesidad de concentrarse en la confrontación con China, el propio China está ampliando gradualmente su presencia económica y tecnológica en la región báltica.
Principalmente, se trata de inversiones en infraestructura logística. Empresas chinas han financiado el desarrollo del terminal de contenedores en Klaipeda y de la Zona de Libre Comercio en Kaunas. Estos proyectos forman parte de la iniciativa “Un Cinturón, Una Ruta” y crean canales económicos que podrían ser utilizados no solo para comercio, sino también como palancas de influencia política.
Otra preocupación importante es el papel de China en telecomunicaciones e infraestructura crítica. Incidentes de daños a cables submarinos en el mar Báltico en los últimos años han llevado a Estonia y a otros países de la región a solicitar investigaciones a las autoridades chinas. En muchos casos, los daños estuvieron relacionados con barcos chinos.
En consecuencia, China en los países bálticos actúa simultáneamente como socio inversor y como fuente potencial de desafíos hipotéticos. Su presencia económica y tecnológica podría ser utilizada en escenarios híbridos, desde presionar a gobiernos hasta crear vulnerabilidades en infraestructura crítica. Sin embargo, según las acciones de EE. UU., estos riesgos no se consideran prioritarios.
Expectativas
En los próximos dos años se espera una reducción gradual pero notable de la presencia militar y del apoyo financiero estadounidense en los países bálticos.
Una reducción masiva de la presencia estadounidense en Europa no puede ocurrir de la noche a la mañana, ya que la transferencia de instalaciones militares estadounidenses a los países anfitriones requerirá años de negociaciones.
Lo más probable es que la reducción se produzca de manera gradual, comenzando con la suspensión de ciertos programas de asistencia y la retirada progresiva de unidades rotativas. Al mismo tiempo, se espera que la infraestructura básica y los activos estratégicos clave permanezcan. Además, es importante tener en cuenta la imprevisibilidad de la nueva administración estadounidense, que tiende a cambiar de opinión incluso en cuestiones tan importantes.
De cualquier manera, se anticipa en el corto plazo una reestructuración más significativa de la arquitectura de seguridad de la región. Los países bálticos y sus aliados europeos deberán demostrar capacidad para asumir una mayor responsabilidad en su propia defensa.
A largo plazo, el formato de la presencia estadounidense en la región podría cambiar radicalmente. En lugar de fuerzas permanentemente desplegadas, EE. UU. podría optar por un modelo de rápida respuesta con equipo previamente ubicado y ejercicios rotativos regulares.
Esta idea ya se discute activamente dentro de la Alianza y se denomina “forward defence” (defensa avanzada). El concepto consiste en que las tropas aliadas se desplieguen más cerca de las fronteras para evitar escenarios de “recuperación de territorios después de la ocupación”. Esto afecta directamente a la región báltica.
Qué significa para Ucrania
La reducción de la presencia estadounidense en los países bálticos podría tener consecuencias serias para la seguridad de Ucrania.
Históricamente, los países bálticos han sido algunos de los mayores defensores de Ucrania dentro de la OTAN y la UE, insistiendo constantemente en mantener una postura firme frente a la agresión rusa.
Cuantas más dificultades y problemas enfrenten estos países con su propia seguridad, menos capacidad tendrán para brindar apoyo a Ucrania.Ucrania, países bálticos y Rusia. Voanews
Implicaciones para la seguridad regional y Ucrania
El debilitamiento de la presencia estadounidense también podría fortalecer las posiciones rusas en la región y crear condiciones para presionar a Ucrania desde el norte.
Al mismo tiempo, tras la incorporación de Finlandia y Suecia a la OTAN, Rusia experimentará una reducción significativa de su capacidad para bloquear los refuerzos de los aliados hacia los países bálticos a través del corredor de Suwałki, lo que podría compensar parcialmente los efectos negativos.
En vista de los acontecimientos en los países bálticos, donde los Estados miembros de la OTAN deberían contar con un respaldo seguro de EE. UU., Ucrania tendrá que depender más del apoyo europeo y desarrollar canales alternativos de asociación en materia de seguridad.
Ucrania debe prepararse para posibles cambios en los formatos de apoyo estadounidense y desarrollar la capacidad de operar con nuevos modelos de asociación.
Conclusiones
La posible reducción de la presencia de seguridad estadounidense en los países bálticos refleja cambios más amplios en la estrategia global de EE. UU. Para Ucrania, estos cambios significan la necesidad de diversificar las fuentes de apoyo y profundizar la cooperación con socios europeos.
Al mismo tiempo, la comunidad de amenazas procedentes de Rusia puede fortalecer la solidaridad entre Ucrania y los países bálticos, lo que podría crear nuevas oportunidades para la asociación estratégica.
A largo plazo, la transición gradual hacia un modelo de seguridad multipolar implicará un creciente papel de países como Alemania, Reino Unido y Polonia. Asimismo, los países escandinavos adquieren mayor importancia en el equilibrio de fuerzas, pudiendo compensar parcialmente la retirada estadounidense. Para Ucrania, esto representa una oportunidad no solo para evitar la aislamiento, sino también para convertirse en un participante activo en el nuevo equilibrio de poder en Europa.
Un factor clave para el éxito en la adaptación a estas nuevas condiciones será la capacidad de los países europeos, incluida Ucrania, para mantener su propia seguridad, sin perder al mismo tiempo la solidaridad transatlántica ni los principios de defensa colectiva.
El material analítico fue preparado por Anatolii Horshkov especialmente para la comunidad internacional de información y análisis Resurgam.
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