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19 ago 2024 | 11 MIN.

¿Puede Ucrania cambiar estratégicamente el curso de la guerra y obligar al Kremlin a una paz justa?

*Moscovia es el nombre histórico de la Federación Rusa.

En los últimos meses, hemos dedicado tiempo a buscar respuesta a la pregunta: “¿Es posible un punto de inflexión a favor de Ucrania? Y, de ser así, ¿cuándo?”.

Todo apunta a que Moscovia está arriesgándolo todo en su invasión ocupacional de Ucrania. Moscovia intenta mantener una fuerza demostrativa, lograr una rápida conquista territorial en espera de que, en los próximos 12 meses, la voluntad de resistencia de los ucranianos se vea mermada por el constante terror hacia la población civil e infraestructuras, así como el debilitamiento del apoyo de Europa y EE. UU. El principal cálculo de Moscovia es el resultado de las elecciones en EE. UU., donde, según sus expectativas, si Trump gana, Estados Unidos adoptará una postura más aislacionista en asuntos exteriores, incluida Ucrania y Europa.

Si comprendemos el límite de tiempo y recursos del “todo o nada” de Moscovia, esto podría ayudar a Ucrania a inclinar la situación a su favor y prepararse para una posición fuerte en futuras negociaciones, cuando estas lleguen. No creemos que un solo factor pueda llevar a la victoria de Ucrania sobre Moscovia, pero una combinación de factores en un momento específico puede hacer la diferencia. Identificar estos factores y el momento en que serán más desfavorables para Moscovia puede ayudar a Ucrania a asegurar una posición fuerte para ganar esta invasión.

¿Cuáles son esos factores y cuándo pueden ocurrir?

  • Nuestro último estudio sobre tanques de combate muestra que para finales de 2025, comenzarán problemas importantes en Moscovia para reemplazar las pérdidas de tanques en su ejército de ocupación.

  • Nuestro último estudio sobre artillería muestra una significativa degradación de la calidad de la artillería enemiga a principios de 2026.

  • Los últimos estudios de analistas OSINT como Cabala y High Marsed indican que los problemas con el equipamiento blindado (BMP/MTLB/BTR) comenzarán incluso antes que los problemas con los tanques y la calidad de la artillería, hacia finales de 2024 y la primera mitad de 2025.

  • Los recientes informes sobre China y Moscovia muestran que Pekín, aunque es un socio de Moscú y tiene interés en esta guerra, limita su apoyo a una serie de racionalidades que impiden actualmente el suministro directo de material militar a Moscú.

  • Nuestros comentarios recientes sobre la economía de Moscovia muestran que las señales de crisis ya han comenzado y se espera que aumenten para finales de 2025, resultando en una estanflación constante que debería manifestarse en la segunda mitad de 2025.

  • Los últimos comentarios sobre las reservas de divisas de Moscovia muestran que el llamado Fondo de Bienestar Nacional se está reduciendo activamente, lo que limitará significativamente su capacidad de reacción ante los problemas financieros de 2026 y reducirá el potencial para financiar la guerra de ocupación que Moscovia libra contra Ucrania.

A finales de 2025 o principios de 2026, las capacidades industriales militares de Europa y Estados Unidos alcanzarán niveles que podrán satisfacer las necesidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania para repeler la agresión de Moscovia. Dado que la cooperación tecnológica de las fuerzas ucranianas con los fabricantes occidentales mejorará mientras que la tecnología del ejército de ocupación de Moscovia se deteriora debido al agotamiento de múltiples recursos, Ucrania podrá lograr en 2025 la ventaja cualitativa y cuantitativa necesaria para infligir una serie de derrotas militares al ejército de ocupación de Moscovia.

La condición clave para este escenario es el mantenimiento del apoyo constante de los aliados de Ucrania.

Por estas razones militares y económicas, el Kremlin buscará, antes de finales de 2025, una forma de congelar el conflicto, preservando los territorios ocupados. La ocupación del 20% del territorio ucraniano es el elemento con el que Putin quiere declarar su “victoria sobre Occidente”. Este resultado sería una derrota política para Europa, que traería una década de inseguridad e incertidumbre. La victoria de Ucrania y la pérdida total de los medios de Moscovia para librar una guerra garantizarían la estabilidad y previsibilidad de la seguridad europea.

Moscú está aplicando el “caso Debáltsevo”, que busca ocupar la mayor cantidad de territorio ucraniano antes de un cese al fuego híbrido, como en los acuerdos de Minsk. La respuesta débil de Moscú a las advertencias de sus propios servicios de inteligencia sobre una posible operación ucraniana en la región de Kursk demuestra la confianza del Kremlin en que esto no debería suceder, pues cree que Ucrania es incapaz de resistir a tal escala tras su ofensiva de 2023. Según Moscú, los aliados de Ucrania no permitirían tal operación, ya que Moscovia se siente más protegida por las restricciones occidentales a Ucrania que por sus propios sistemas de defensa antiaérea.

Sin embargo, la operación de Kursk representa un intento radical de Ucrania por cambiar la situación, lo que requiere un análisis adicional. Por ahora, Moscovia intentará desacreditar la “operación de Kursk” en el plano mediático, minimizando su importancia y resultados. En cambio, el Kremlin optará por intensificar su ofensiva contra la importante ciudad ucraniana de Pokrovsk para:

  • a) desacreditar la “operación de Kursk”;

  • b) mostrar victorias a su propio público, mitigando la descontento por el uso de reclutas en el conflicto;

  • c) inclinar a Occidente hacia la idea de un “cese al fuego”, alegando que “Kursk es un caso aislado” y que la derrota de Ucrania es inevitable.

Sin embargo, si los aliados de Ucrania mantienen el ritmo de apoyo actual, la sociedad ucraniana soporta el espectro completo del terror de Moscovia, y los principales aliados de Ucrania comprenden que la iniciativa de paz chino-brasileña busca satisfacer los intereses de Moscú, que no están alineados con el derecho internacional, entonces hacia finales de 2025 o principios de 2026 se abrirá un período en el que Moscú estará en su punto de mayor vulnerabilidad económica y militar tras el uso de sus reservas en este “todo o nada” de 2024.

Por supuesto, la guerra es un fenómeno multifactorial y no se puede prever todo, pero nuestra comunidad observa una serie de indicadores que sugieren que en 2025, Moscovia intentará convencer a Occidente y a los ucranianos de que no pueden lograr una posición de negociación más fuerte que la que tienen ahora. En realidad, Moscú se apresurará a iniciar negociaciones híbridas basadas en la “iniciativa china” mientras está en su punto álgido, pues en los próximos 12 a 18 meses Moscovia se enfrentará al agotamiento de sus capacidades económicas y militares necesarias para continuar una guerra de alta intensidad.

Putin, como jugador acostumbrado al riesgo, sigue presionando a Ucrania con sus reservas estratégicas en 2024, planeando continuar en 2025 con una economía que muestra claros signos de estanflación. Su apuesta se basa en la creencia de que los aliados de Ucrania mostrarán debilidad y dudas sobre la posibilidad de fortalecer la posición ucraniana.

Por tanto, lo que termine primero —la fe ucraniana y de sus aliados en la capacidad de Ucrania para cambiar el curso de los acontecimientos o el agotamiento del equipamiento y la economía de Moscovia— determinará el resultado de la guerra: la victoria de la democracia y la libertad, o la victoria del autoritarismo y de la política de violencia internacional.

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